sábado, 21 de mayo de 2011

El mundo se va a acabar. Sí señor.

Según los resultados obtenidos una vez consumadas una serie de investigaciones, encuestas, aclaraciones, búsquedas y estudios muy precisos, verídicos, comprobados, aleatorios, confidenciales y esotéricos, realizados por un selecto, heterogéneo y cultivado grupo de doctos e ilustres, aunque anónimos, científicos, astrónomos, físicos, matemáticos, astrólogos, oráculos, nigromantes, apostadores, economistas, trapecistas, decimistas, versadores, policías, reinas de belleza, rumberas, desempleados, peritos, padres solteros,  magos, maestros de danza, ilusionistas, profesores del SNTE, actores de teatro, reporteros, ex gobernadores, escapistas y algunos otros personajes de ocupación indefinible, el fin del mundo será, sin ambigüedades, más o menos dentro de 5,000,000,000 de años. Es decir, si conté bien los ceros, a partir de hoy van a pasar 5 mil millones de años antes de que esto se acabe. Según las infaltables filtraciones a la prensa, mismas que se le atribuyen a uno de los ex gobernadores, el estudio citado prevé que el sol estallará, lloverán bolas muy grandes de fuego, el agua va a estar hirviendo, la nieve se va a derretir, va a hacer más calor que ahorita, y la tierra se quemará como una guanábana frente a un lanzallamas, imagen por cierto espeluznante. La fecha exacta es el 29 de febrero de ese año, que será, obvio, bisiesto.
Se calcula que todo el desgarriate éste dará inicio como a las 5:37 a.m., así que ese día no habrá clases, por lo menos en los lugares dónde sean las 5:37 a.m. Va a ser lunes, eso es seguro. Así que falta un buen rato. Y en 5 mil millones de años es probable que ninguno de nosotros esté aquí, diría el filósofo de Güemez, injustamente relegado en este consejo de hombres y mujeres muy, muy, sabios.   

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