Me gusta la música de Sabina y la voz de Chavela Vargas, Vicentico y José Alfredo, la guitarras y la armónica que suenan a llanto. Las imágenes que llegan de lejos, que me despiertan las manos y me vacían la tinta del cuerpo. Me gusta el río de mi pueblo, la sonrisa en la piel de una mujer que canta, que me besa, que habla despacio, suavecito... Me gusta la noche, la madrugada en la calle, la penúltima copa, el “Nos vemos mañana” de un amigo. Las palabras bien dichas, bien escritas, bien pensadas y mejor entendidas. Me gustan los relojes de arena, los barcos, la mano tendida, un árbol vestido de verde, honrar a mis muertos, la mirada de la infancia, llegar al final de la escalera y las preguntas cuando tengo que buscar las respuestas.
El sonido de una campana, el murmullo del agua, el estruendo de una carcajada entre dos... Me gusta el diálogo en todas sus formas, cuando no hay intención de lastimar, incluida la polémica. Me gusta el silencio cuando me habla al oído. Me gustan las fotos en blanco y negro, el aroma de azahar y el olor de la tierra mojada.... Y me gusta el mar, porque siempre he pensado que algún día, de la espuma de las olas brotarán mariposas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario